Historia de la Ciudad de Osorno
Reseña Historia Urbana de Osorno
La fundación de Osorno data del 27 de marzo de 1558 y fue encabezada por el gobernador García Hurtado de Mendoza, quien nombra a la naciente ciudad como San Mateo de Osorno, en honor a su abuelo, El Conde de Osorno, provincia de Palencia, España.
El trazado urbano de la ciudad se modeló de acuerdo al sistema fundacional español, de tipo damero, con cuadrículas terminadas en ángulo recto, con una manzana central, ocupada por la Plaza de Armas, donde se instalaron los edificios públicos, iglesias y convenios y las casas de los vecinos principales.
El año 1598, el cacique Pelantaru logra agrupar bajo su mando a miles de guerreros mapuches, dando curso a un gran alzamiento, el que arrasaría con todas las ciudades y fuertes fundadas por los españoles al sur del Bío Bío. El mes de enero de 1600 comenzó el asalto a nuestra ciudad, donde los conquistadores e indígenas amigos que les acompañaban resistieron durante cuatro años, hasta que el hambre y la sed les obligaron a escapar rumbo al sur, siendo destruida e incendiada Osorno por las huestes Mapuche Huilliche.
Tras ello, recién a fines de 1792 un destacamento español consiguió que los caciques revelaran la ubicación de las antiguas ruinas, pues durante parte del periodo colonial Osorno solo estuvo presente en el mito y la leyenda. A partir de 1793, se inicia el proceso de Repoblación de la ciudad, a instancias del Gobernador de Chile, Ambrosio O’Higgins y, mediante el Tratado de Paz de Las Canoas del 8 de septiembre de 1793, los huilliches donan a los españoles las tierras entre los ríos Rahue y Damas para la reconstrucción de la ciudad, la que se inicia con la construcción del fuerte Reina Luisa.

El nuevo Osorno reconstruido bajo el mando de O’Higgins fue concebido como un enclave agropecuario, con la finalidad que la vecina ciudad de Valdivia se abasteciera de los productos de nuestra ciudad y sus llanos, prescindiendo, así, de traer alimentos desde Santiago. Aquello también motivó que se avanzara en mejorar la conectividad entre ambas urbes, principalmente por razones de orden estratégico.
La Independencia y sus acontecimientos posteriores dificultan el progreso de Osorno y el resto de las ciudades del sur, generando una seria crisis económica, que obliga al Gobierno a impulsar hacia fines de la década de 1840 la colonización europea, con el objeto de atraer inmigrantes alemanes, especialmente artesanos y agricultores, con espíritu emprendedor, para reactivar la economía y la cultura.
El posterior impulso de las actividades productivas tradicionales hizo posible la apertura del comercio local, nacional y extranjero, jugando un papel clave al respecto los medios de transporte, destacando la navegación fluvial, a través de un sistema de vapores que comprendía la ruta Corral–Trumao por el río Bueno y, desde allí, por el río Rahue hasta el puente San Pedro, en Osorno.
También es relevante destacar la llegada del ferrocarril, el año 1895, y su posterior extensión hasta Puerto Montt en 1911, como también el impacto del transporte de carga, que aumentó considerablemente, permitiendo la expansión de diversas actividades económicas y la apertura del sector agroganadero, posibilitando la comercialización de una gran masa ganadera hacia el centro y norte del país.
Lo anterior se tradujo también en la creación de instituciones que reflejaron la consolidación de una economía pujante, con el primer banco regional, el Banco Osorno y La Unión, en 1908 y, la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, en 1917.
La primera parte del siglo 20 encuentran a Osorno con un crecimiento sostenido, lo que generó un aumento importante de la población urbana, lo que derivó en el surgimiento de una serie de necesidades en materia de obras públicas. Dentro de las mejoras ejecutadas al respecto se pueden mencionar la instalación, el año 1908, de alumbrado eléctrico en calles y paseos principales, que reemplazaron a los tradicionales faroles a parafina y el inicio de los trabajos de pavimentación de diversas arterias, que fueron en forma paralela a los trabajos de ensanche y prolongación de las mismas hacia los nuevos barrios que surgían.
En la década de 1930 comenzaron las obras de remodelación del sector céntrico, teniendo como base un proyecto del destacado arquitecto urbanista Óscar Prager, que fue aprobado por el municipio el año 1935. Dicha iniciativa consideró a la Plaza de Armas como el principal centro de atracción, con un modernista diseño que incluía la pileta rectangular y una serie de estilizados paseos que la circundaban.

El 19 de enero de 1940 Osorno pasa a convertirse en provincia luego de depender en forma intermitente de Valdivia y Llanquihue y casi dos décadas después, el año 1958, con motivo de las fiestas del Cuarto Centenario de la fundación de la ciudad, se inauguran una serie de obras públicas, como el actual Edificio Consistorial, que es sede de la Municipalidad, hasta atractivos paseos como el "Parque Centenario" y la Plazuela "Suiza".
Desde esa fecha hasta la actualidad, Osorno se ha construido como una ciudad pujante y en constante desarrollo, en sus áreas urbanas y rurales, que tiene como base una diversidad cultural que la identifica respecto a otras ciudades del sur de Chile, producto de la participación de una serie de actores en la construcción de su identidad; desde las culturas originarias, a los que sumaron cientos de colonos chilotes durante la repoblación, unido aquello a los colonos provenientes de otras partes del mundo como Alemania, España, Francia y Medio Oriente.

Osorno hacia el futuro
En pleno siglo 21, Osorno transita hacia el futuro como un territorio con más de 170 mil habitantes, con un crecimiento urbano habitacional en constante expansión, especialmente hacia los sectores de Francke, Ovejería y Chuyaca, lo que trae aparejada la necesidad de una mayor inversión pública, con la finalidad de contribuir a una mejor calidad de vida de estas personas.
Esta época también supone importantes desafíos para el municipio de Osorno, que cimienta su labor bajo los preceptos de inclusión, modernidad, respeto y tolerancia, con el único objetivo que el crecimiento del territorio sea ecuánime para las personas que viven en la comuna.
